martes, 26 de febrero de 2013

Una nueva conspiración: el "feminazismo" (II)

Había dejado la anterior entrada sobre la nueva teoría de la conspiración (el "feminazismo", que supuestamente pretende someter y exterminar a todos los varones de este mundo) en una pequeña trampa (o manipulación) de los datos estadísticos que utiliza la prestigiosa socióloga de cabecera de estas asociaciones que se oponen frontalmente a las políticas denominadas de género; Catherin Hakim elimina en sus estudios los datos referentes a los trabajos a tiempo parcial para demostrar que la diferencia salarial por hora trabajada entre hombres y mujeres es muy similar en Gran Bretaña (patria del neoliberalismo y del antiintervencionismo) respecto a Suecia (un país con un amplio abanico de políticas de género e intervencionistas). Puesto que los datos a comparar se refieren a salario por hora trabajada (sin que afecten, por lo tanto, las horas que se trabaje), la exclusión de los trabajos a tiempo parcial sólo puede responder al hecho de eliminar de las estadísticas al 80% de mujeres que, según el texto que se está utilizando como referencia, no priorizan el trabajo sobre la familia y, por lo tanto, pueden aceptar empleos a tiempo parcial para compatibilizar la familia con el trabajo; que los resultados finales no aparezcan sesgados al excluir los datos del 80% de una muestra sería un auténtico milagro, pero esta es la única forma en la que una teoría de la conspiración puede triunfar: si un dato estorba para demostrar lo que se quiere demostrar, se elimina y punto. Y mientras los demás descubren qué dato se ha eliminado para llegar a las conclusiones a las que se quería llegar, ya se ha convencido a un buen número de personas de lo malvadas que son las "feminazis" y, además, ya habrá habido tiempo para inventarse una justificación para la eliminación de los datos molestos (los conspiracionistas siempre juegan con ventaja: saben qué datos están sesgados y pueden ir pensando en cómo justificarán ese sesgo).

Recordemos que el motivo de la publicación de la primera parte de esta entrada (escrita hace meses, aunque aparcada por la escasa relevancia de este movimiento conspirativo) fueron unos mensajes en las redes sociales del Diputado de UPyD Toni Cantó apoyando las conclusiones de un informe de la Federación de Afectados por las Leyes de Género (FEDER.GEN), coincidentes con las conclusiones a las que suele llegar este nuevo conspiracionismo; sólo unas horas más tarde parece que Toni Cantó pudo comprobar por sí mismo que las conclusiones a las que llegaba ese informe no estaban "contrastadas", por lo que tuvo que rectificar lo dicho en sus anteriores mensajes.

Rectificación de Toni Cantó y desvío de responsabilidades hacia FEDER.GEN.

Pero una vez iniciada la crítica a este conspiracionismo, va a ser necesario acabar el trabajo, puesto que aunque permanezca de momento como un movimiento irrelevante, Toni Cantó les ha dado la publicidad que necesitaban para dejar de serlo; no sería extraño, por lo tanto, que vayan asomándose a partir de ahora por algún medio de comunicación. Prevengamos, pues, la aparición de conclusiones falsas o sesgadas que puedan convencer a incautos como Toni Cantó, aunque sin las posibilidades de contrastar los datos que sí ha tenido este Diputado. Así que retomemos el texto que dio origen a esta teoría de la conspiración; estábamos en mitad de su punto 5:

«5.- El fascio-feminismo, el "feminismo de la diferencia" tergiversa las estadísticas sobre hombres y mujeres y oculta datos a la opinión pública, cuando los mismos cuestionan la falacia totalitaria de que el hombre es el agresor por excelencia y no la clase social dominante (hombres y mujeres) frente a las clases sociales (hombres y mujeres) económicamente más débiles.
Ejemplos:
-Se oculta que hay un mayor número de lapidaciones de hombres por motivo de adulterio que de mujeres muertas por el mismo procedimiento en algunos países islámicos (Nigeria), la ablación de penes en niños (Etiopía), mayor número de niños soldados, mayor número de hombre muertos en las guerras, violaciones a varones por parte de mujeres soldados, etc.
-Se manipulan los datos salariales de las mujeres, etc.
-Se ocultan los datos de hombres muertos asesinados por mujeres.
-Se ocultan los datos de hombres maltratados, psicológica y también físicamente, por mujeres.
-Se ocultan los suicidios de hombres con la vida destrozada por las presiones judiciales, fruto de leyes sexistas discriminatorias, que les dejan desposeídos de toda posibilidad de defensa ante denuncias falsas de maltrato y favorecen su expolio económico, e incluso su encarcelamiento siendo inocentes.»
Nos habíamos quedado en la manipulación de los datos salariales de las mujeres, y ya hemos visto y comprobado que la única manipulación proviene exactamente de las filas de este nuevo conspiracionismo.

Los siguientes axiomas que se aportan son que se ocultan los datos de hombres asesinados o maltratados por mujeres; ya en la entrada anterior se enlazó a un texto en el que se citan 139 casos de 2011 de maltratos en los que el verdugo era la mujer. Lo curioso es que todos los casos citados provienen de lo publicado en periódicos como El Mundo o en agencias como EFE, por lo que hablar de ocultación es, como mínimo, contradictorio; pero ese listado nos va a mostrar otra característica de esta y de cualquier otra teoría de la conspiración: echar mano de cualquier noticia que pueda apoyar sus tesis aunque la noticia no tenga nada que ver con las mismas es algo muy recurrente entre los conspiracionistas (deben acaparar cuantos más argumentos mejor -independientemente de su calidad- para apabullar al incauto que asoma sus narices en cualquiera de sus numerosas páginas web buscando información).

De los 139 casos citados, ocho acabaron con la muerte del marido (en el listado está duplicado el caso de la mujer de Aspe que mató a su marido con una sobredosis de insulina); ese mismo año, fueron 66 las mujeres asesinadas a manos de sus maridos (62 según el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género). Sin menospreciar las vidas de varones sesgadas, es obvio que el número de muertes de mujeres es considerablemente mayor que el de hombres cuando hablamos de violencia de género; el 10,81% de las víctimas son hombres y el 89,19% son mujeres. Los números nos indican abrumadoramente dónde está el principal problema de la violencia de género; e indicarlo no significa ocultar las muertes de los 8 hombres, sino simplemente poner el foco sobre el problema principal, que es la muerte de 66 mujeres.

Pero ese listado aun nos va a reportar alguna sorpresa más; si observamos las noticias, comprobaremos que se incluyen en los 139 casos (138 si eliminamos el duplicado que se ha detectado hasta ahora) delitos de todo tipo perpetrados por mujeres: desde trata de blancas hasta maltratos a hijos e hijas, pasando incluso por el tráfico de drogas; en realidad, de esos 139 casos, sólo 50 son agresiones de mujeres a sus maridos o novios. Aunque debamos huir del tópico, lo cierto es que todo el listado (enlazado desde multitud de páginas contrarias a las políticas de genero) parece girar más entorno a la mujer como ente intrínsicamente malvado que entorno a la mujer como generadora de violencia de género; es decir, que parece que el problema del autor del listado es que padece un elevado grado de misoginia, siendo la violencia de género una excusa o un arma accesoria para dar rienda suelta a sus fobias personales.

Por último, no podemos pasar por alto la nota con la que se inicia el listado, en la que se afirma que «ninguno de estos casos figura como maltrato en la web del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, dependiente del Consejo General del Poder Judicial, lo cual evidencia su grado de corrupción en la persona de su aborrecible presidenta Dª Inmaculada Montalbán Huertas, que no ha condenado ni uno sólo de estos casos. Esta es la igualdad que proclama el feminismo de género»; sin embargo, en el último informe disponible del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género (correspondiente al mismo 2011) sí se recogen los 5 casos (y no 8) de hombres asesinados a manos de sus parejas o ex-parejas del sexo femenino aquel año, al igual que los 62 casos en los que las víctimas fueron mujeres a manos de hombres.

Hombres asesinados a manos de sus parejas entre 2008 y 2011 según el informe de ese último año del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, dependiente del Consejo General del Poder Judicial.

Es evidente que algo no acaba de encajar en el procesamiento y la interpretación de los datos que se ofrecen desde estas asociaciones conspiracionistas cuando de los 139 casos anunciados a bombo y platillo resulta que menos de la mitad (el 36%) se refieren a episodios de violencia de la mujer contra el hombre dentro de una relación de pareja o de ex-pareja, que se añaden a conveniencia datos de años distintos para incrementar el número de víctimas masculinas y que las afirmaciones vertidas acerca de la incorporación o no de estos episodios a los informes oficiales resultan ser completamente falsas. Exactamente los mismos defectos que estas asociaciones atribuyen al "feminazismo".

Nos queda aún el último dato sobre las supuestas ocultaciones y manipulaciones del fascio-fenimismo: el referente a los suicidios de hombres destrozados por las leyes de género; Toni Cantó se encargó de airear en Twitter esos datos ocultos: 1.719 hombres (el 70% de los que se quitaron la vida) se suicidaron en 2010 como consecuencia directa de las leyes de género.

Según Toni Cantó, de los 3.145 suicidios de 2010 en España, 2.456 fueron hombres (el 78,09% de los suicidios); y de ellos, el 70% (1.719) estaban en proceso de separación. Las leyes de género matan a muchos más hombres que la violencia de género a mujeres (apenas 62 en 2011).
Informe de Fed.Gen (página 16) del que Toni Cantó tomó los datos; según este informe, es a partir de la promulgación de la Ley Integral contra la Violencia de Género cuando se producen 1.000 suicidios más al año entre los hombres. Podríamos decir que hay leyes que matan (o eso es al menos lo que nos quieren demostrar desde Fed.Gen con este informe con los datos burdamente manipulados).

Lo primero que llama la atención si seguimos el enlace al INE que se facilita como fuente de esta tabla en el informe de Fed.Gen es que los datos sólo llegan hasta 2006, por lo que el origen de ese salto de más de 1.000 suicidios de varones al año a partir de 2007 no proviene de la misma fuente que las cifras de suicidos entre 1998 y 2006 que constan en el informe; además, aunque en el informe no se diga, el número de suicidios entre mujeres también se incrementó alarmantemente a partir de 2007 (un 37,24% si nos hemos de fiar de los datos facilitados en ese informe), tras la promulgación de la Ley Integral contra la Violencia de Género (el de hombres se incrementó mucho más, eso sí: un 70,68%).
En enlace facilitado como fuente en el informe de Fed.Gen nos lleva a esta página con las estadísticas de suicidios en España desde 1998 hasta 2006; los datos desde 2007 hasta 2010 los encontraremos en el enlace relacionado "Defunciones según la causa de la muerte", debajo de "Resultados" y de "Metodología".
Podríamos buscar alguna razón que explicase también el alarmante incremento de suicidios entre las mujeres, y seguro que encontraríamos alguna posible causa, como por ejemplo el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y el inicio de la crisis que empezó a notarse ya los últimos meses de 2006; pero la razón es mucho más simple que eso. Y mucho más escandalosa.

Pero antes de destapar las miserias de Fed.Gen por completo, vamos a destaparles algunas vergüenzas: en realidad, el incremento de suicidios entre 2006 y 2007 sería mucho mayor si quien ha trasladado los datos del INE a la tabla del informe se hubiese leído los encabezados que acompañan a los datos. El o la lumbreras trasladó al informe el número de suicidios consumados, pero también incorporó los suicidios en grado de tentativa (es decir, los no consumados); así pues, no fueron 1.480 hombres y 537 mujeres los que se suicidaron en 2006, sino 1.388 varones y 418 mujeres (el resto lo intentaron, pero no murieron), por lo que el incremento de suicidios entre 2006 y 2007 sería (tomando en serio los datos de ese informe) del 81,99% en el caso de los hombres y del 76,32% en el caso de las mujeres. Algo muy grave tuvo que ocurrir en España que explique estos datos. ¿Será, como afirma Fed.Gen, la promulgación de la Ley Integral contra la Violencia de Género la causante del incremento de suicidios en España en un 80% entre 2006 y 2007?
Estadística de suicidios en 2006 según la metodología anterior a 2007; los datos que se facilitaban al INE según esta metodología no incluían algunos suicidios porque los juzgados no debían incluir el motivo principal de la muerte, sino sólo la causa de la misma. Así pues, si en un suicidio se remitía como causa de la muerte un traumatismo craneoencefálico, la muerte no se contabilizaba como suicidio; a partir de 2007, los juzgados están obligados a facilitar la circunstancia que motivó la muerte, y de ahí que los datos con la metodología antigua no puedan compararse con los datos de la nueva metodología.
Si seguimos el enlace de «Defunciones según la causa de muerte» acabaremos encontrándonos con otros datos distintos referidos también a 2006:

¡Sorpresa! Los suicidios en 2007 se incrementaron un 0,55% en los varones y un 0,41% en las mujeres si tomamos los datos de la nueva metodología para 2006.

¿2.512 hombres suicidados en 2006? ¿Sólo 14 menos que en 2007? ¿Sólo un 0,55% más tras la aprobación de la Ley Integral contra la Violencia de Género? ¿Pero no eran 1.480 en 2006 y 2.526 en 2007? ¿No había 1.000 suicidios más entre los hombres por culpa de la Ley Integral contra la Violencia de Género? «¡Ya han manipulado los datos en el INE para ocultar la incidencia de suicidios provocados por las leyes de género!» Esta sería la respuesta más lógica de cualquier conspiracionista. Pero veamos la metodología utilizada antes de 2007 y la utilizada a partir de ese año (en el INE son tan tontos que incluso explican cómo "manipulan" los datos):


El texto (clic para ampliar) dice «Hasta el 31 de diciembre de 2006, la fuente primaria para su elaboración era la información facilitada por los Juzgados de Instrucción y los Juzgados de 1ª Instancia e Instrucción, cumplimentando con periodicidad trimestral un boletín por cada supuesto. A partir de 1 de enero de 2007, y siguiendo los estándares internacionales en la materia, ha empezado a utilizarse como fuente de información la misma que sirve para la Estadística de Defunciones según la Causa de Muerte mediante la cumplimentación por los órganos judiciales de un cuestionario que consta de dos partes: la primera, de finalidad administrativa, constituye la orden de inscripción de la defunción en el Registro Civil y, la segunda, de finalidad exclusivamente estadística que recoge entre otras variables la causa de la muerte».


Un escandaloso ejercicio de manipulación de datos estadísticos, puesto que la nueva metodología está disponible también para los años 1999 a 2006, igual que lo está para el período 2007-2010 (es decir, desde 1999 hasta 2010), y además en el mismo cuadro desplegable, por lo que la única excusa absolutoria posible (la inexistencia de una serie homogénea con la que poder comparar los datos) queda completamente anulada. Así pues, sólo cabe concluir que tomar los datos antiguos desde 1998 a 2006 y los nuevos a partir de 2007, rompiendo torticera y conscientemente la homogeneidad de la serie en 2006 (recordemos: porque se utilizaba otra metodología en la recopilación de datos que no permitía registrar como suicidios todos los suicidios), no es más que una burda manipulación destinada a corroborar  la premisa que a priori se quería corroborar: que la Ley Integral contra la Violencia de Género causa, desde su aprobación en 2006, 1.000 muertes al año entre los hombres.

Y aún nos queda una última cuestión, aireada también por Toni Cantó: que el 70% de los hombres que se suicidan están en proceso de separación. Veamos cómo lo cita el informe de Fed-Gen.


Y ahora veamos los criterios por los que se pueden buscar los datos del INE (supuesta fuente que corroboraría ese 70% de hombres en período de separación) referidos a los suicidios.


En los datos de suicidios del INE ni tan siquiera puede consultarse el estado civil de los suicidas, pero Fed.Gen afirma sin ruborizarse lo más mínimo que ese dato lo facilita el INE. ¿Mentira? Seguramente. ¿Y cómo toman un dato incontrastable? Es incluso posible que ellos sí lo crean contrastado: el incremento de suicidios entre 2006 y 2007 en varones según sus tablas manipuladas es del 70%. Por lo tanto, ese 70% más de hombres han de ser los afectados directamente por las leyes de protección a su pareja: todos ellos, posiblemente (no queda otra), debían estar inmersos en algún proceso de separación. Una simple relación causa-efecto.

Así funciona esto.

lunes, 25 de febrero de 2013

Una nueva conspiración: el "feminazismo" (I)

Tenía este artículo "en el congelador" porque pensaba que era un conspiracionismo muy minoritario, pero Toni Cantó (en la línea de apuntarse a cualquier conspiracionismo que ha seguido desde su fundación UPyD, con Rosa Díez chupando columnas por el 11-M en El Mundo cada vez se veía necesitada de un poco de publicidad gratuita), todo un Diputado y representante de varios miles de españoles, ha considerado de interés público apoyar las nuevas teorías del "feminazismo" exterminador de varones. Así que lo saco del congelador tal cual lo dejé; ahí va la primera parte.

Esta entrada no pretende menospreciar el sufrimiento al que se hayan visto abocados quienes hayan sufrido falsas acusaciones o penas injustas en base a la actual legislación sobre violencia de género, ni minusvalorar los abusos que determinadas personas hacen de esta normativa; más bien al contrario, pretende frenar a quienes, por despecho o sed de venganza personal, se ven tentados de abrazar teorías que pretenden combatir la exageración o falseamiento de datos con la misma medicina. Combatir a personas individuales desalmadas y sin escrúpulos mediante la extensión generalizada de esa maldad hacia una heterogeneidad de individuos sólo es posible mediante la manipulación interesada de datos y una obstinada negación de la realidad, que es lo que da lugar a las teorías conspirativas más absurdas y ridículas. Hecha esta primera aclaración, entremos en materia, que no es poca.

Se ha extendido por algunas bitácoras (y se sigue extendiendo por foros y redes sociales) una nueva teoría de la conspiración: el “feminazismo” amenaza con la extinción y el aniquilamiento (civil e incluso físico) del varón.

El texto principal sobre el que se han ido desarrollando otros textos fue elaborado por un tal Carlos Caldito Aunión cuando éste era Secretario de Organización de la Federación de Asociaciones por la Custodia Compartida; la primera aparición del texto se remonta al 29 de Abril de 2005, en un comentario (el único) a una carta publicada en la web de 20 minutos el día anterior.

El principal problema que nos podemos encontrar para combatir este conspiracionismo es que sus defensores suelen ser personas que han sufrido en sus propias carnes, directa o indirectamente, la pérdida de la custodia de un hijo o una condena por maltrato, por lo que la visceralidad es extrema y el debate es prácticamente imposible; se hace imprescindible, por lo tanto, hacer entender al conspiracionista (tarea harto difícil) que utilizando argumentos y datos falseados no se puede llegar a entender su postura, por muy legítima que sea. De hecho, el uso de insultos, falsedades y obstinaciones irracionales para argumentar su postura desemboca en última instancia en su ilegitimidad argumental e incluso en un rechazo personal, haciendo que sus argumentos acaben siendo de escasa o nula relevancia para mostrar o demostrar los casos concretos (que sí existen, tanto en forma de denuncias falsas como en forma de sentencias injustas) en los que la protección de la mujer se convierte en un abuso hacia el varón y sus derechos fundamentales.

En algunos casos nos encontraremos incluso con individuos aparentemente desequilibrados, hasta tal punto que no son capaces de aceptar que sus falsos argumentos puedan herir a muchas personas a las que los malos tratos les han destrozado completamente la vida, o incluso que hayan podido perder a algún ser querido a manos de un maltratador, puesto que, en última instancia, el discurso irracional de este conspiracionismo les lleva irremisiblemente (ya que lo contrario supondría tener que aceptar la necesidad de la discriminación positiva) al negacionismo absoluto respecto a la discriminación histórica (y, por supuesto, actual) de la mujer.

Así, lo que en un principio era un texto que exponía determinados excesos en la aplicación de la discriminación positiva hacia la mujer en lo referente, sobre todo, a la custodia compartida, ha acabado deviniendo en una obsesión paranoide respecto a cualquier iniciativa de apoyo hacia la mujer, considerándose siempre y en todo caso que esas iniciativas son una nueva triquiñuela del gran poder establecido en línea con la persecución inmisericorde hacia el varón.

Para llegar a esta disparatada conclusión deben darse dos premisas, aceptadas como verdades absolutas por estos conspiracionistas:
  1. Todos los datos referentes a maltratos, discriminación laboral, discriminación social, etc. son falsos.
  2. En consecuencia, no existe la presunta desigualdad que se pretende corregir con las políticas de género.
Obviamente, la conclusión a la que se llega es que si no hay desigualdad que corregir, lo que existe es una campaña interesada y perfectamente orquestada para beneficiar a la mujer y perjudicar al varón a través de políticas de desigualdad.

Como toda gran conspiración que se precie, los dos dogmas expuestos se retroalimentan entre sí, de forma que cualquier dato malinterpretado o directamente tergiversado (como las diferencias en los ingresos laborales) sirve para demostrar que no existe desigualdad y, a su vez, cualquier dato que muestre una igualdad de género (como el acceso a la educación) sirve para demostrar que los datos que dicen lo contrario (como los referentes a la discriminación laboral) son falsos.

El conspiracionismo no puede ser atacado desde la generalidad, puesto que ante una exposición de mero sentido común (por muy de sentido común que sea), la respuesta suele ser una retahíla de datos extraídos tal cual de sus fuentes dogmáticas; no existe otra forma de combatirlo, por lo tanto, que la puesta de manifiesto de la validez de los datos que ellos consideran falsos y de la falsedad de los datos que ellos consideran dogmas inquebrantables.

Empecemos:
«1.- La denominada "perspectiva o teoría de género" trata de malversar el lenguaje social de izquierdas en el que la violencia es consecuencia de la desigual repartición de las riquezas, por otro en el que la violencia es consecuencia de la diferencia entre hombres y mujeres por razón del sexo. Se obvia así la mala conciencia de constatar que existe una mayor diferencia entre una mujer rica y una mujer pobre que entre sexos contrarios.»
Este primer punto trata de llevar hacia opciones progresistas un discurso puramente negacionista: no existe desigualdad de género por cuanto existe mayor desigualdad económica de clase que de género. Se trata de intentar demostrar que el poder establecido está intentando desviar el discurso progresista desde cuestiones económicas de clase (que es el que debería primar) a cuestiones económicas exclusivamente de género; obviamente, pueden existir y coexistir ambos discursos, primero porque no son incompatibles y segundo porque la existencia de uno no anula la existencia del otro (es decir, existen los dos problemas, y ambos deben ser abordados). De hecho, la existencia de ambos problemas, desde la perspectiva «social de izquierdas», no significa más que la necesidad de abordar con mayor ímpetu las políticas destinadas a que las personas afectadas por ambas desigualdades (la de clases y la de género) permitan superar ambas discriminaciones.
«2.- La "perspectiva de género" utiliza conceptos "biológicos" para explicar y justificar las diferencias conductuales entre los seres humanos, argumentos al fin y al cabo del mismo tipo que la raza o el color de la piel… La "ideología de género" no contempla la violencia como un fenómeno global en que también los varones son víctimas del sistema: guerras, trabajos peligrosos, situaciones de especial vulnerabilidad…»
Aunque de una forma un tanto enrevesada, lo que se viene a decir en la primera parte de este punto es que el feminismo es una especie de nuevo nacionalsocialismo en el cual los arios son las mujeres y los judíos serían los varones (se intenta arrimar el ascua hacia todo aquel que no se considere racista); no se especifica qué conceptos biológicos son los que devendrían en una aplicación nacionalsocialista de la diferencia entre géneros, aunque curiosamente esos conceptos biológicos también son utilizados profusamente por el propio conspiracionismo en otros textos emanantes de este primero (como éste, publicado inicialmente en todopolitica.com el 07/09/2009 –esa Web está actualmente fuera de servicio, por lo que se enlaza el texto a la Web de la Asociación Gallega de Padres y Madres Separados, que lo recoge íntegramente, al igual que un gran compendio del argumentario de este conspiracionismo–):
«Numerosos estudios, demuestran que cerebro y sistema endocrino de hombres y mujeres son innatamente diferentes.»
En la segunda parte se introduce una especie de sesgo (muy presente en toda la exposición conspiracionista) según el cual se omiten por sistema los agravios comparativos relativos a la violencia soportada mayoritariamente por el varón, obviando por completo la discriminación hacia la mujer en casi todas las actividades enumeradas (a la mujer no se le permite el acceso al ejército en muchos países –y hasta 1988 ni tan siquiera en España–, por lo que difícilmente pueden ser víctimas de la guerra como parte integrante del propio ejército; asimismo, el acceso a trabajos peligrosos también ha estado hasta fechas muy recientes –y sigue estándolo en muchos países– prohibido para la mujer, como es el caso de la minería extractiva, donde no se admitió a una mujer hasta 1993, tras una Sentencia del Tribunal Constitucional).
«3.- Quienes se manifiestan partidarios de la "teoría de género" se oponen radicalmente a la Custodia Compartida de los hijos tras los procesos de separación y divorcio, aún sabiendo que no hay apenas nadie que se oponga a ella, es más, los diversos estudios científicos demuestran que es la mejor solución para el bienestar del menor; como también saben del buen resultado que las leyes que sobre Custodia Compartida están dando en los países de nuestro entorno cultural: Francia, Bélgica, Países Nórdicos, E.E.U.U. Canadá…»
Se trata de dar a entender en este punto que quienes se oponen a la custodia compartida (puesto que este era el tema principal del texto inicialmente) son radicales («se oponen radicalmente»), son una minoría («no hay apenas nadie que se oponga a ella [a la custodia compartida]») y, además, están empecinados en no querer avanzar en el mismo sentido que los países de nuestro entorno («saben del buen resultado que las leyes sobre custodia compartida están dando en los países de nuestro entorno»). Y para determinar quiénes se comportan así, se establece que son los partidarios de la “teoría de género”, es decir, todos aquéllos que otorgan validez, en mayor o menor medida, a las políticas de discriminación positiva hacia la mujer.
«4.- El feminismo de género considera a los hijos como un bien privativo de las mujeres, uniendo su ideología a las más reaccionarias ideologías totalitarias.»
Lo cierto es que hasta hace bien poco (en Inglaterra o en Estados Unidos hasta 1980 y en Francia hasta 1970), el hijo era propiedad del padre y los gobiernos de esos países no se consideraban totalitarios; ahora bien, la atribución que hace el autor del caso contrario (el hijo es propiedad de la madre) al «feminismo de género» no es más que una forma más de abarcar a todo el feminismo como una corriente perversa y totalitaria a eliminar (¿o es que acaso el feminismo se puede referir a otra cosa distinta al género?).
«5.- El fascio-feminismo, el "feminismo de la diferencia" tergiversa las estadísticas sobre hombres y mujeres y oculta datos a la opinión pública, cuando los mismos cuestionan la falacia totalitaria de que el hombre es el agresor por excelencia y no la clase social dominante (hombres y mujeres) frente a las clases sociales (hombres y mujeres) económicamente más débiles.
Ejemplos:
-Se oculta que hay un mayor número de lapidaciones de hombres por motivo de adulterio que de mujeres muertas por el mismo procedimiento en algunos países islámicos (Nigeria), la ablación de penes en niños (Etiopía), mayor número de niños soldados, mayor número de hombre muertos en las guerras, violaciones a varones por parte de mujeres soldados, etc.
-Se manipulan los datos salariales de las mujeres, etc.
-Se ocultan los datos de hombres muertos asesinados por mujeres.
-Se ocultan los datos de hombres maltratados, psicológica y también físicamente, por mujeres.
-Se ocultan los suicidios de hombres con la vida destrozada por las presiones judiciales, fruto de leyes sexistas discriminatorias, que les dejan desposeídos de toda posibilidad de defensa ante denuncias falsas de maltrato y favorecen su expolio económico, e incluso su encarcelamiento siendo inocentes.»
Tras los cuatro primeros puntos de la teoría general que guía a este conspiracionismo, entramos de lleno en la primera retahíla de datos concretos que demostrarían la falsedad o manipulación de los datos que nos muestra el poder establecido; no obstante, se insiste de nuevo (por si no hubiese quedado claro en el primer punto) en afirmar que el discurso real de la izquierda (opuesta al fascio) no puede versar sobre el género, sino sobre la lucha de clases, como si ambos discursos fuesen incompatibles.

El autor aporta como primer dato que el número de lapidaciones de hombres por motivo de adulterio es mayor que el de mujeres en Nigeria; no aporta ningún dato concreto sobre cuántos hombres más que mujeres han muerto en ese país lapidados, así que tampoco vamos a dudar que sea cierto. No obstante, hay un dato que se obvia en dicho alegato: la sharia (que es una interpretación libre del Corán, distinta en cada país, plasmada en una ley) no formó parte del ordenamiento jurídico nigeriano hasta 1999. Ni tan siquiera forma parte del ordenamiento jurídico de todo el país, puesto que solo se aplica en 12 de los 36 estados que forman Nigeria (todos en el norte); hasta su entrada en vigor, cada etnia (existen más de 250 etnias distintas en ese país) se regía por sus propias costumbres. Pues bien, los varones acusados de adulterio pueden librarse de la lapidación, según la sharia nigeriana, jurando encima del Corán, mientras que las mujeres necesitan el testimonio de al menos cuatro varones (no sirve el testimonio de otra mujer) que ratifiquen su versión; la pregunta se hace imprescindible: ¿por qué hay tantos varones nigerianos que aceptan la ejecución por lapidación si un simple juramento sobre el Corán les evitaría la muerte? La respuesta es fácil: la lapidación de los hombres es una cuestión religiosa (se acusa de adulterio a quienes siguen costumbres contrarias a las musulmanas), no de género. Simplemente con haber cambiado Nigeria por Irán se hubiese ahorrado el autor quedar en evidencia ante el absoluto desconocimiento de los datos que aportaba.

El segundo dato (la ablación de penes en Etiopía) es simplemente ignorancia supina: en Etiopía se circuncida el prepucio (nunca el pene) a los niños (es una cuestión generalizada entre los países musulmanes) y a los hombres mayores de 60 años (en la tribu konso). Lo más aproximado a una ablación de pene se da en otra tribu etíope (los janjero, un subgrupo de los sidamo), en la cual se extirpa un testículo para evitar tener gemelos por considerarse que éstos traen mala suerte.

Es obvio que la circuncisión del prepucio o incluso la extirpación de un testículo no están destinadas a eliminar el placer sexual del varón, sino a supersticiones de carácter religioso; sólo en el caso de la ablación femenina se trata de una operación destinada a eliminar el placer sexual de la mujer.

El tercer y cuarto datos (los niños soldado y los varones muertos en guerras) ya se habían introducido en el punto 2, por lo que no cabe más que repetir lo ya dicho: resulta materialmente imposible que existan niñas soldado o mujeres soldado muertas en una guerra si a las mujeres no se les permite formar parte del ejército.

En lo referente a las violaciones a varones por parte de mujeres soldado, poco puedo decir, porque no he encontrado ni un solo caso documentado; tal vez el autor tenga acceso a datos desconocidos para mí.

De todas formas, volvemos de nuevo a esa extraña forma de razonar de los conspiracionismos: las fascio-feministas hablan de las lapidaciones de mujeres y no de las de hombres; por lo tanto, las fascio-feministas quieren ocultar las lapidaciones de varones. Es decir, que los antitaurinos quieren ocultar las peleas de gallos porque sólo hablan del maltrato a los toros; la lógica conspiracionista en estado puro.

En cuanto a la manipulación de los datos salariales de las mujeres, se trata de uno de los temas estrella de estos conspiracionistas; al ser un tema vital para defender su argumentario, se aportan más datos. Y cuantos más datos, más fácil resulta detectar sus errores, que son muchos; veamos una ampliación de esos datos supuestamente manipulados (extraídos de este texto, ya enlazado anteriormente):
«1. La mujer española está discriminada laboralmente: gana menos y ocupa cargos de menor responsabilidad.
Mentira.
Lo que nunca nos han querido contar es que:
La mujer trabaja de promedio 35 horas a la semana, y el hombre 42.
La mujer es mucho menos emprendedora que el hombre. Entre la población activa femenina, tan sólo el 3% son empresarias con trabajadores, frente al 7% de empresarios con trabajadores entre la población activa masculina.
La mujer elige oficios y carreras peor pagados. Por ejemplo en las carreras técnicas, mejor remuneradas que las de letras, la presencia femenina apenas supera el 30%.
El hombre se distribuye sectorialmente, sin embargo, el 87% de mujeres trabajadoras se concentra en el sector Servicios. No es de sorprender, que el 90% de accidentes laborales los padezca el hombre.
Según el estudio realizado en España y el Reino Unido por la prestigiosa socióloga británica Catherine Hakim, el 20% de mujeres trabajadoras prefiere volcarse en el trabajo, otro 20% en la familia, y el 60% restante prefiere compaginar familia y trabajo. En cuanto al hombre, el 50% se vuelca en el trabajo, y el otro 50% prefiere compaginar familia y trabajo.
Voceros del feminismo de género, sostienen que la mujer gana menos por hora por exactamente el mismo trabajo. Esto no es cierto, y además fue desmentido en su día por el ministro de Trabajo (El País, 12/03/2006) y el secretario general de CCOO (Los Desayunos de TVE, 10/10/2007). Si esto fuera cierto, las empresas contratarían mujeres antes que hombres, cosa que no ocurre.»
Empecemos por el final. Ya resultaría extraño que parte de la gran conspiración (ya veremos más adelante la multitud de individuos y organizaciones que participan de una u otra forma en esta gran persecución contra el varón) se dedicara a negarse a sí misma, pero todo podría ser; veamos lo que dijo el Ministro de Trabajo, Jesús Caldera, el domingo 5 de marzo de 2006, puesto que la referencia a El País del día 12 corresponde a la sección del Defensor del Lector, que cita la entrevista del domingo anterior:
«Pregunta. Los hombres ganan de media en España un 40% más que las mujeres. ¿Qué hace esta ley para superar esta brecha?
Respuesta. En un tiempo prudencial se debe corregir esa disfunción tan abultada. La diferencia se debe más a los puestos que ocupan el hombre y la mujer, que a que haya sueldos distintos para un mismo trabajo. Por el mismo trabajo, hombres y mujeres perciben el mismo salario, el problema radica en que los hombres ocupan los puestos mejor pagados y de mayor responsabilidad.»
Aunque no existe acceso al programa Los Desayunos de TVE del 10 de octubre de 2007, podemos suponer que lo dicho por el Secretario General de Comisiones Obreras debió ser similar a lo dicho por el Ministro de Trabajo, ambos parte de la gran conspiración. El día 12, la frase que se extrae de la entrevista del domingo anterior es la última; sin embargo, dicha frase forma parte de toda la respuesta, en la que previamente el Ministro de Trabajo establece (se resalta en negrita) al menos dos causas que crean ese 40% de media que cobran de más los hombres. Eso es exactamente lo que establecen los innumerables trabajos científicos que se han realizado al respecto: que esa diferencia de sueldo proviene de varias causas, y no todas ellas constituyen discriminación directa por razón de sexo. Estos estudios (entre ellos éste de la Revista de Economía Aplicada nº 48 o incluso éste del Centro de Estudios Monetarios y Financieros, ejemplo de estudio independiente blandido habitualmente por estos conspiracionistas) utilizan como referencia el salario por hora trabajada, por lo que las horas que trabajen las mujeres o los hombres (primer argumento sobre lo que «nunca nos han querido contar») no tienen relevancia alguna en los resultados.

Asimismo, estos estudios no incluyen las remuneraciones de profesionales (autónomos u otro tipo de emprendedores), sino sólo los importes percibidos por los asalariados, por lo que tampoco tienen relevancia alguna los porcentajes de hombres y mujeres emprendedores (segundo argumento sobre lo que «nunca nos han querido contar»).

La segregación en establecimientos (que son el tercer y el cuarto argumentos sobre lo que «nunca nos han querido contar») es uno de los filtros establecidos por este tipo de estudios; efectivamente, se trata del principal factor que incide en las diferencias salariales entre hombres y mujeres, puesto que las mujeres se decantan hacia sectores o trabajos peor remunerados. Aunque desde diciembre de 1992 (cuando se declaró inconstitucional –por discriminatorio– el Decreto de 26 de Julio de 1957 si se entendía que las prohibiciones contenidas en él respecto a las mujeres eran absolutas) no existen trabas legales a la contratación de mujeres en cualquier puesto de trabajo, no puede obviarse que hasta esa fecha la mujer tenía prohibido por ley acceder a un significativo número de sectores, por lo que se arrastra un considerable déficit en cuanto al acceso a estas profesiones; así, el artículo primero de aquel Decreto (no derogado explícitamente hasta la entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en 1995), decía que quedaba prohibido «a las mujeres, cualquiera que sea su edad»:
«a) El trabajo en las actividades e industrias que se comprenden en la relación primera unida al presente Decreto.
b) El engrase, limpieza, examen o reparación de las máquinas o mecanismos en marcha que resulten de naturaleza peligrosa.
c) El manejo de prensas, guillotinas, cizallas, sierras de cinta o circulares, taladros mecánicos y, en general, cualquier máquina que por las operaciones que realice, las herramientas o útiles empleados o las excesivas velocidades de trabajo represente un marcado peligro de accidentes, salvo que éste se evite totalmente mediante los oportunos dispositivos de seguridad.
d) Cualquier trabajo que se efectúe a más de cuatro metros de altura sobre el terreno o el suelo, salvo que se realice sobre piso continuo y estable, tal como pasarelas, plataformas de servicio u otros análogos, que se hallen debidamente protegidos.
e) Todos aquellos trabajos que resulten inadecuados para la salud de estos trabajadores por implicar excesivo esfuerzo físico o ser perjudiciales a sus circunstancias personales.
f) El trabajo de transportar, empujar o arrastrar cargas que representen un esfuerzo superior al necesario para mover en rasante de nivel los pesos (incluido el del vehículo) que se citan a continuación y en las condiciones que se expresan [se incluye una tabla en la que se especifica los pesos máximos para mujeres y para niños].
Corresponde a las respectivas Inspecciones Provinciales de Trabajo determinar en cada caso particular la medida en que deben aplicarse los apartados b), c), d) y e) de este artículo.»
A ese artículo del Decreto se le une el anexo citado en el apartado a), en el cual figuraban los trabajos a los que no podía acceder la mujer por «el alto concepto que en general al español merece la mujer y la atención que de manera especial debe ser puesta en evitar que un trabajo nocivo pueda perjudicar su naturaleza» (según consta en el preámbulo de dicho Decreto), entre los cuales figuran el cuidado de las reses bravas, los aserraderos de troncos, los trabajos de excavación, los trabajos en minas o canteras, los trabajos en andamios o subterráneos, los trabajos en empresas eléctricas…

De ahí que el tercer y el cuarto argumentos esgrimidos sobre lo que «nunca nos han querido contar» sean completamente falaces, puesto que esa segregación en sectores se ha establecido históricamente de forma obligatoria para las mujeres; obviamente, la falacia en el dato del mayor número de accidentes laborales entre los varones tiene esta misma procedencia.

No sabemos a qué estudio se refiere la cita sobre la socióloga británica Catherine Hakim (quinto argumento sobre lo que «nunca nos han querido contar»), aunque podemos hacernos una idea consultando su estudio Feminist Myths and Magic Medicine, publicado en enero del año pasado; resulta curioso que la manipulación de datos del “feminazismo” a la que se refieren los conspiracionistas les haya pasado completamente desapercibida en los estudios de esta socióloga, que elimina de las estadísticas sobre diferencias de salarios aquéllos empleos que son a tiempo parcial, porque incrementan la distancia entre lo que cobran los hombres y lo que cobran las mujeres en Inglaterra (y la autora pretendía demostrar lo contrario, claro, así que mejor eliminar esos datos para cuadrar la ecuación):
«The pay gap is normally measured as the difference in average gross hourly earnings for full-time workers. In the UK, the pay gap on this basis is variously reported as 16% or else 10% currently, depending on whether mean or median earnings data are used. However the European Commission regularly publishes league tables using average gross hourly earnings for all employees, whether full-time or part-time. This inflates the pay gap in countries with a large part-time workforce, such as the UK.»
Curiosa forma de quitarse de encima los datos que demuestran lo contrario de lo que esta socióloga quiere transmitir: que las políticas de igualdad de los países nórdicos han obtenido los mismos resultados que las políticas de igualdad del Reino Unido. Es lo que ocurre cuando se quiere demostrar que la realidad no es real: que se tienen que hacer trampas, y que las trampas siempre acaban por descubrirse.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Corrupción, pobreza y conflictividad social

España está que trina con (¿o contra?) la corrupción, pero no nos engañemos: aquí siempre nos hemos quejado por todo y de todos y nunca ha pasado nada o casi nada salvo en contadas excepciones (e incluso en esas excepciones los resultados han sido muy limitados). Siempre hemos preferido dedicarnos a nuestros vicios y dejar que los de arriba (siempre hay alguien que sube arriba) se las apañen para arreglar o empeorar lo que van destrozando los que les preceden; eso sí, a los de arriba hay que criticarlos siempre, sean del color que sean, porque aquí no somos de derechas ni de izquierdas: sólo queremos que las cosas se hagan bien (o, mejor dicho, que las hagan bien) y a nuestro gusto. Y si no, a criticar, que de eso sabemos mucho; pero pasar de ahí ya... que se las apañen los de arriba, o que los cambien si no valen.

Cuando los franceses se hartaron sacaron las guillotinas a las plazas y acabaron con todo un régimen; aquí salieron algunos asturianos armados en 1934 y los demás, mientras decidían si salir o no salir de las acaloradas tertulias de las tabernas, vieron cómo se las apañaban los de arriba para meter a los asturianos en la cárcel. Así que a criticar otra vez: los unos a los represores de arriba y los otros a los inútiles que querían subir.

Pero para no faltar a la verdad, a los asturianos les acompañaron en 1934 otros españoles; pero a estos españoles los consideramos españoles raros: los catalanes, a quienes siempre les atribuimos el egoísmo como motor que mueve sus almas. Las guerras carlistas fueron catalanas y vascas; cuando España perdió Cuba la rebelión interna fue catalana; y fueron los catalanes quienes declararon su independencia en la pobre II República heredera de la Gran Depresión. Siempre los egoístas catalanes dando la nota en esta España de críticas tabernarias a diestro y siniestro. Y los vascos, claro, los otros españoles raros, capaces incluso de armarse hasta los dientes para rebelarse contra el opresor.

Así pues, los catalanes son unos egoístas y nosotros unos cobardes; aunque algunos dirán que lo que nos caracteriza a los españoles es nuestra responsabilidad cívica por restringir nuestro malestar a nuestra más recóndita intimidad (y, consecuentemente, lo que caracteriza a los egoístas catalanes y vascos es la irresponsabilidad por hacer público su malestar). Para gustos e interpretaciones, los colores, por supuesto.

Volviendo a nuestros tiempos, la corrupción (la de los de arriba: por abajo también hay corrupción, pero de esa corrupción no se vive: se sobrevive -y se acepta socialmente-) está acelerando la conflictividad social; de esto no cabe ninguna duda. Muchos ciudadanos se están organizando por la indignación que les provocan las maneras de gobernar de los de arriba; se están empezando a rebelar. Pero, de nuevo, no podemos equivocarnos tampoco en esto: esas maneras de gobernar, esa corrupción, ha estado siempre ahí. Y era fuente de acaloradas tertulias tabernarias, y de dudas sobre si salir de la taberna o no; pero para eso estaban ahí los de arriba, para arreglar las cosas y darnos un trabajo, así que para qué salir si ahí afuera hace frío. Pero ahora hay algo más.

La II República no llegó por obra y arte de birlibirloque; ni tampoco la dictadura que la precedió. España era un país pobre; muy pobre. La pobreza, junto a los casos de corrupción de los de arriba, crea inestabilidad social, y ésta se solventa con mano dura; pero la mano dura de Primo de Rivera no evitó los efectos de la Gran Depresión, y la pobreza siguió incrementándose. Aquello no lo solucionaban ni la dictadura ni la dictablanda. Y la República llegó sin grandes baños de sangre y con muchas esperanzas. Y cambió el régimen, pero no la pobreza: no todos estaban dispuestos a "repartir la pobreza", así que lo que se avanzaba en dos años se retrocedía los otros dos. Y algunos españoles se indignaron, se rebelaron de nuevo; pero la inmensa mayoría (la mayoría silenciosa, como hoy) seguía discutiendo en las tabernas. Casi ni se enteraron de que desde África venían a salvar España otra vez con mano dura; y cuando se dieron cuenta de que aquellos salvadores uniformados iban en serio ya fue demasiado tarde.

Hoy, la pobreza sigue avanzando en España; y el futuro no es muy halagüeño. La corrupción está instalada en todas las instituciones del Estado. Y la indignación que provoca la corrupción en un país pobre es lo que rebela a los ciudadanos, lo que les hace salir de las tabernas: dicen que no hay pan para todos, pero los que sí tienen pan lo tiran a la basura, lo reparten entre las palomas o incluso enferman por indigestión. Sí hay pan; pero aun hoy siguen sin querer "repartir la pobreza".

Pasar de ser pobre a ser aun más pobre debió indignar a la España de los años 20-30 del siglo pasado; la debió indignar mucho porque los de abajo se rebelaron contra los de arriba y crearon una creciente conflictividad social, hasta que los de arriba dijeron basta y echaron mano de la mano dura.

En esta España del siglo XXI no hemos pasado de pobres a más pobres; aquí hemos pasado de acomodados a pobres (y aun nos quedan escalones por bajar). La cuestión es saber hasta qué punto de pobreza nos podremos permitir seguir con las tertulias tabernarias mientras miramos el frío invierno que hay tras la puerta; ya no es una cuestión de salir o no salir, sino de cuándo va a llegar el momento en que esta España de corrupciones y miserias saque las guillotinas a las plazas, si lo haremos todos a la vez como los franceses o si la inmensa mayoría silenciosa, como suele pasar en este país, nos mantendremos refugiados en las tabernas mirando hacia arriba y criticando si la guillotina debería estar mirando hacia el este o hacia el oeste.

Otra vez, los egoístas catalanes han dado el primer puñetazo sobre la mesa: los de arriba, arrastrados por los de abajo, se han rebelado. No se sabe muy bien si para construir otra taberna (las malas costumbres se pegan y el futuro no lo sabe nadie) o para salir al frío invierno; y ahora le toca el turno a la mano dura. Falta por saber si nos quedaremos mirando el espectáculo, aplazando el momento de salir hasta que llegue el calor de un verano que nadie sabe cuándo llegará (ni si llegará). Y me temo que sí: volveremos a darnos cuenta de la oportunidad perdida cuando ya sea demasiado tarde. Otra vez.

martes, 5 de febrero de 2013

Propostes per al Fòrum contra la corrupción del PSPV-PSOE

Vaig rebre la setmana passada una invitació del PSPV-PSOE per a participar en un Fòrum contra la corrupció i per la transparència que s’ha de celebrar a València del 6 al 9 d’este mes; com que a mi m’és impossible anar en eixos horaris intempestius, però sí que m’agradaria aportar algunes propostes al debat, els les he enviades per correu electrònic. Ja vos contaré què em diuen (si em diuen alguna cosa, clar). Allà van les propostes contra la corrupció que els he enviat:


  1. Problema: Els ciutadans es veuen impotents i acaben indignant-se davant els escassos resultats de la persecució de la corrupció (pactes a última hora per a evitar sentències judicials condemnatòries o per a aconseguir rebaixes en les responsabilitats pecuniàries, prescripció dels delictes, persecució i desprotecció dels denunciants o dels propis jutges que persegueixen estos delictes, entrebancs continus als processos judicials gràcies a la contractació dels millors advocats –i per a major escarni dels ciutadans i de la justícia, contractats gràcies als recursos provinents de la pròpia corrupció–, etc.).
    1. Solució: A tots els delictes de corrupció política, sense excepció, caldria prohibir qualsevol pacte pre o extra judicial: caldria determinar sempre la responsabilitat jurídica mitjançant sentència o arxiu judicial.
      1. Efecte no desitjable: Podria argumentar-se com a efecte contrari a esta mesura la saturació dels jutjats, però en realitat els pactes extrajudicials només es produeixen actualment en les parts finals dels processos (o quan acabe la instrucció judicial o quan el juí ja està en la seua part final i els corruptes intueixen la condemna), de manera que la càrrega als jutjats d’instrucció o als de primera instància no es veuria tan afectada com en un principi podria parèixer; a més, sent la corrupció un problema de primer ordre, la pitjor manera de solucionar-lo és excusant-se en la manca de recursos per a fer-li front (al contrari, caldria posar tots els recursos necessaris per a tallar-la des de l’arrel).
      2. Efecte no desitjable: Es podria argumentar també que allargar els processos (per les garanties processals inherents a la nostra justícia) és una de les argúcies dels corruptes amb més recursos per a què els ciutadans s’obliden, amb el transcurs del temps, del delicte comés; això és cert en part (el cas de finançament il·legal de CiU és un dels exemples més recents), però també és cert que eixe transcurs del temps facilita els pactes extrajudicials i, finalment, que el corrupte puga tindre beneficis jurídics dels quals no gaudeixen la resta de delinqüents.
    2. Solució: Els terminis de prescripció dels delictes de corrupció (tots, també sense excepció) haurien d’ampliar-se substancialment; el fet que molts polítics tinguen accés privilegiat als ressorts del poder fa encara més difícil no només que les investigacions judicials siguen àgils (pels entrebancs habituals entre poders que persegueixen distints objectius), sinó sobretot que puguen posar-se de manifest els fets delictius, pas sense el qual no és possible –excepte per casualitats– iniciar cap investigació. Açò no només hauria d’aplicar-se a l’àmbit estrictament penal, sinó que hauria de fer-se extensiu també als delictes fiscals. En este mateix sentit, tal i com s’exposarà en un altre punt, caldria plantejar-se obertament la possibilitat de fer imprescriptibles determinats casos en els quals podria parlar-se d’organitzacions criminals amb mera aparença política.
    3. Solució: Els jutges amb casos de corrupció política entre els seus assumptes haurien de gaudir d’una especial immunitat fins què els processos judicials determinen la responsabilitat penal dels encausats, bé sigue per sentència o per arxiu definitiu de cada cas; és a dir, que els jutges que estiguen investigant o hagen investigat un cas de corrupció no podran ser jutjats per eixes investigacions fins que no es dicte sentència condemnatòria (i en este cas s’hauria d’intentar que només es pogueren interposar denúncies per delictes lleus) o l’arxiu definitiu (en este cas sí que es podrien interposar contra el jutge les denúncies per qualsevol dels delictes que estan vigents avui). Tanmateix, d’eixa manera als corruptes els interessaria molt menys posar traves al transcurs de les investigacions i del propi juí.
      1. Efecte no desitjable: Els jutges gosarien d’un poder excessiu front als altres poders de l’Estat; és cert, però la situació actual és que el poder judicial té un clar dèficit de poder front a l’executiu, i ahi està l’únic condemnat pel major cas de corrupció política de la curta història de la nostra democràcia per a demostrar este dèficit de poder: el jutge que va investigar inicialment tota la trama no podrà tornar a investigar a més polítics corruptes, mentre cada dia es va sabent que eixa trama de corrupció política arribava a ben bé tots els racons del poder executiu.
      2. Efecte no desitjable: Els excessos del jutge no podrien ser denunciats en el moment de produir-se i generarien una clara indefensió en les persones jutjades en cas d’una actuació judicial il·legal; també és cert, però estem tractant un assumpte excepcional i, per tant, les mesures per a solucionar-lo haurien de ser també excepcionals. Per a contrarestar este efecte no desitjable, hauria de modificar-se també l’inici del termini de prescripció de les possibles actuacions delictives dels jutges, que començaria a comptar des del moment de dictar-se la sentència o l’arxiu definitiu de cada cas; a més, totes les actuacions judicials haurien de quedar registrades per mitjans fàcilment recuperables si es volguera interposar una denúncia contra el jutge, de manera que la inicial indefensió no poguera convertir-se en definitiva per absència de material probatori pel transcurs normal del temps.
  2. Problema: La corrupció política és un fenomen que s’ha convertit en recurrent; els innumerables casos de corrupció, que apareixen quasi tots els dies als mitjans de comunicació hauria de ser una prova suficient de què els interessos particulars (per altra banda, completament legítims) dels partits polítics (els interessos electorals) es posen quasi sempre per damunt de qualsevol altre interès; açò fa que els sistemes de control intern de la corrupció (que existeixen sobre el paper a quasi tots els partits) acaben per perdre operativitat i efectivitat, donant la sensació que la primera reacció és sempre mirar cap a un altre lloc, la segona reacció és sempre tirar balons fora i només com a últim recurs s’utilitzen eixos sistemes de control intern preexistents, de manera que un mateix cas de corrupció acabe per omplir durant mesos o durant anys les portades dels mitjans de comunicació i la sensació d’una corrupció generalitzada segueix augmentant en l’opinió pública.
    1. Solució: El conflicte d’interessos entre els partits polítics i la societat a la qual volen representar necessita una solució urgent i d’aplicació universal; cal establir per llei sistemes que faciliten que qualsevol càrrec polític imputat en un cas de corrupció pergue (primer temporal i després, si la sentència és condemnatòria, definitivament) la legitimitat atorgada per les urnes, independentment dels sistemes interns que puguen establir les pròpies organitzacions polítiques. Açò ha d’incloure necessàriament la pèrdua dels escons (siguen de l’administració que siguen), el cessament immediat de qualsevol càrrec públic i la prohibició de percebre qualsevol sou públic, directe o indirecte, durant el transcurs de les investigacions que determinen la seua responsabilitat.
      1. Efecte no desitjable: Es podrien crear casos falsos de corrupció per a desfer-se de determinats polítics, sobretot de cara a cada procés electoral; en realitat, açò ja es podria fer ara, però els partits polítics podrien (i de fet ho fan) argüir conceptes de l’àmbit penal (la presumpció d’innocència) per a mantindre dins l’àmbit polític als seus candidats imputats. Des d’un punt de vista de servei públic, allunyar temporalment a un imputat de la política no hauria de ser vist com un càstig per a un partit determinat, sinó com una garantia per a la societat que ha de ser administrada per eixe partit; fent-lo extensiu per llei a tots els partits polítics i a tots els polítics inclosos en una llista electoral, no hauria d’utilitzar-se este argument per a mantindre els actuals sistemes interns, que sí que s’han demostrat font de desigualtat entre partits a l’hora d’aplicar-los.
      2. Efecte no desitjable: El cost polític podria ser molt elevat per a partits amb poca capacitat de reclutament, doncs els polítics que destacaren a eixos podrien ser atacats per les forces amb més capacitat mediàtica amb acusacions aparentment sòlides que pogueren iniciar procediments judicials que tallarien per complet l’evolució política de molts candidats; també en este cas estem davant una qüestió que es pot dur a terme avui mateix. Tant en este punt com en l’anterior podrien establir-se, també per llei, càstigs penals majors per a les falses denúncies en l’àmbit de la corrupció, tot i que açò podria ser contraproduent a l’hora de denunciar comportaments corruptes, de manera que este contrapunt no pareix una bona opció.
    2. Solució: La política com a servei públic hauria de ser l’únic criteri a l’hora d’afrontar la corrupció política; cap polític pot considerar-se a sí mateix ni ser considerat per ningú imprescindible per a servir a la societat. Cal habilitar sistemes per a adequar la política a persones amb vocació de servei públic i facilitar l’expulsió del sistema democràtic de les persones que entenen que la política és el seu únic mitjà de vida; l’actual problema consisteix en què se dona per suposat que qualsevol persona que està en política ho està per vocació i no per interessos, però la societat no té eixa percepció, entre altres coses pels propis efectes de la corrupció. Tot el sistema electoral hauria de reformular-se per a què l’especial protecció que s’atorgue als càrrecs polítics front a la justícia o front a altres maneres de fiscalització siguen una excepció, i no una generalitat com en l’actualitat, o si més no, almenys habilitar sistemes per a retirar l’actual protecció quan a un polític se’l investigue per delictes de corrupció.
  3. Problema: L’actual sistema electoral i de partits polítics fa que estes organitzacions funcionen d’una manera molt poc transparent de cara a la societat; molts partits s’han obert en certa mesura, però encara amb moltes limitacions, en part degudes a la necessària privacitat de les estratègies electorals de caràcter intern. Estes estratègies electorals són actualment (o almenys així ho pareix) una adaptació que fa cada partit en funció de cada candidat en particular, de manera que la caiguda d’un candidat o d’algun membre important d’una candidatura suposa haver de repensar tota l’estratègia electoral; esta és una de les raons per les quals els partits polítics intenten evitar actuacions directes, ràpides i contundents davant les primeres notícies dels casos de corrupció que afecten a algun dels principals integrants de cada candidatura.
    1. Solució: Si al punt 2.b parlava de casos individuals, ara toca fer-ho de l’organització política al complet: cap partit polític, per molta història que dugue al darrere o per molta legitimitat que puga obtindre a unes eleccions, pot ser considerat ni pot considerar-se a sí mateix portador únic o valedor necessari dels valors democràtics. La llei de partits atorga a una sala especial del Tribunal Suprem la potestat per a decidir la il·legalització d’una organització que s’autoproclama política però que en realitat és una organització criminal utilitzada per a finançar al·legalment (aprofitant buits legals anteriors) activitats de caràcter delictiu; és evident que el finançament d’una activitat terrorista no és equiparable al robatori de béns o diners públics, però la corrupció reiterada dins els partits polítics no deixa de ser un delicte de conseqüències (com s’està veient avui) tant o més desastroses per a qualsevol sistema democràtic. Potser caldria habilitar una sala especial del Tribunal Suprem per a declarar il·legals a les organitzacions aparentment polítiques que, de manera reiterada (per exemple, 10 sentències condemnatòries durant un període de quatre anys), utilitzen mètodes corruptes per a benefici propi.
    2. Solució: Cal pensar en reformar la llei electoral per a fer dependre menys als candidats i a les candidatures dels partits polítics; les llistes obertes podrien ser una solució a esta excessiva dependència. Per una banda, els partits haurien de pensar estratègies electorals que serviren per a qualsevol dels candidats proposats, de manera que la caiguda d’un d’ells no suposaria tant de perjudici per al propi partit i els mecanismes interns de control de la corrupció podrien ser aplicats sense por a desbaratar tota l’estratègia electoral; i, per altra banda, els candidats tindrien una major dependència dels electors respecte del partit.
    3. Solució: Seguint este últim raonament, caldria habilitar també mètodes de revocació directa d’un candidat a iniciativa dels propis electors (a banda dels sistemes d’expulsió directa en cas d’imputació que he citat abans), però també a iniciativa del partit pel qual s’hage presentat. És a dir, que qualsevol candidat puga ser sotmès a un procés de revàlida quan així ho demanen un percentatge dels electors de la demarcació per la qual s’hage presentat o quan així ho demane el partit baix el qual hage estat elegit. D’esta manera es tallaria d’arrel eixa sensació de què qualsevol polític amb pocs escrúpols pot aguantar els quatre anys de cada legislatura fent i desfent baix el paraigües de la impunitat per a assegurar-se una bona pensió pública.
  4. Problema: La manca de transparència en el destí final dels diners públics s’ha convertit en una qüestió que requereix una solució global que no pot afectar només als partits polítics.
    1. Solució: Potser és hora de considerar que les raons històriques per les quals se’ls va permetre als sindicats no haver de fer públics els seus comptes han quedat ja obsoletes.
    2. Solució: Les empreses que s’adjudiquen serveis i obres públiques haurien de ser sotmeses també a la presentació pública de determinades dades sobre el cost d’eixos serveis i d’eixes obres; la protecció de dades personals o el secret empresarial no pot utilitzar-se com a excusa per a colar els escandalosos sobrecosts d’alguns contractes públics.
    3. Solució: A les fundacions que perceben subvencions públiques o que col·laboren directa o indirectament amb les administracions cal exigir-los una total transparència; donats els entramats empresarials opacs descoberts al voltant d’este tipus d’organitzacions, tots els projectes relacionats amb obres o serveis públics que duguen a terme les fundacions haurien d’incloure la publicació de les empreses proveïdores i de les persones físiques que estan al darrere d’estes per a evitar que es creen facturacions unflades per a enriquir a les mateixes persones que estan al davant d’una suposada organització sense ànim de lucre. A més, les fundacions també haurien d’estar sotmeses als mateixos requisits que s’han citat per a les empreses al punt anterior.