jueves, 15 de noviembre de 2012

Vamos a ponerles las cosas más fáciles

Con los pantalones bajados hasta los tobillos, sólo nos quedaba poner el culo en pompa.


Los trabajadores de este país queremos ser tan puritanos (de cara a la galería: después somos igual de delincuentes que un Botín cualquiera trabajando en negro haciendo chapuzas) que parecemos imbéciles; no hablo de los trabajadores que votaron a favor del despido libre, de la reducción de salarios y de la ampliación de horarios laborales: esos no parecen imbéciles, lo son (lo siento, pero hay que ser muy imbécil para vivir de un salario y aplaudir que te lo quiten o que te lo reduzcan).


Hablo de los trabajadores que se autoproclaman de izquierdas y que ayer decidieron, por convicción puritana, engrosar las filas de los esquiroles porque los sindicatos convocantes... cobran subvenciones públicas.


La imagen anterior, publicada ayer en Facebook por el PP de Xirivella, podría haber sido publicada por cualquiera de esos inmaculados trabajadores de izquierdas que fueron a trabajar ayer y que se negaron a secundar las manifestaciones por titulares como ese; de los ocho millones de euros que cobran al año de subvenciones públicas directas cada uno de los dos sindicatos mayoritarios (a 60 € por cada delegado sindical que resulta elegido en las empresas), se pasó en la anterior huelga general a los 250 millones de euros y ya hemos llegado a los 500 millones de euros para esta. Para la próxima intuyo que le añadirán algún cero a la derecha, para que las cifras sigan saliendo redondas.


Si alguno de esos progresistas puritanos quiere saber a qué viene esa diferencia de 492 millones de euros sólo tiene que leer los artículos y contrastarlos, algo complicado para un imbécil, pero no imposible si le pone un poquito de empeño. Incluso leyendo la letra pequeña de La Razón (ver qué tipo de subvenciones son las que se les recortan a los sindicatos en el gráfico anterior) podríamos comprobar quiénes somos los imbéciles a quienes nos están recortando.


Los sindicatos mayoritarios son una vergüenza porque cobran subvenciones; y los sindicatos minoritarios tienen colgada desde hace mucho tiempo la etiqueta de radicales, antisistema y violentos.


El resultado final no es la necesaria reconversión sindical hacia nuevos modelos funcionales (una de las razones argüidas por los puritanos izquierdistas para no secundar las convocatorias que hacen UGT y CCOO), sino la eliminación completa de cualquier respuesta sindical: la de los minoritarios por ser irrelevante y la de los mayoritarios por ser ilegítima.


No es necesario tener muchas luces para predecir que esa muchedumbre de puritanos izquierdistas responsabilizará a los dos sindicatos mayoritarios de la desaparición (por resultar irrelevantes o ilegítimos) de todas las uniones sindicales con una capacidad de movilización más allá de sectores individuales o de ridículas minorías.

Vamos a facilitarles un poco más las cosas a quienes quieren sindicatos sectoriales, con reivindicaciones e intereses particulares, cuya legitimidad sea fácilmente atacable mediante el recurso al superior interés general frente al particular.


Vayan untándose ustedes la vaselina, que la posición ya la tenemos tomada.

martes, 13 de noviembre de 2012

Capio Sanidad y las malas lenguas

Me llegó el mes de mayo un correo electrónico con la siguiente imagen adjunta y con el título “Que se sepan las cosas…”:

Capio Sanidad - Supuestos cargos y accionistas relacionados con el PP

Hoy en Facebook me ha vuelto a llegar esta misma información, la primera con esta misma imagen y la segunda con una nueva composición, aunque con los mismos datos.

Esto de los mensajes que te llegan a través de algún amigo, compañero de trabajo o conocido no sabes muy bien si tomártelo en serio y reenviarlo, si contrastar primero la información y actuar en consecuencia una vez realizado este contraste o si, directamente, lo mejor es ignorar el mensaje y dedicar el ancho de banda y tu tiempo a otros menesteres mientras esperas que algún medio de comunicación acabe publicándolo (o no, que es lo más habitual); y es que siempre recuerdo el mensaje que recibí el día siguiente a los atentados del 11-M afirmando que el Ministerio del Interior había difundido las caras de los terroristas y que lo enviaban para que, con la colaboración ciudadana, pudiese detenerse a los autores de aquella masacre:

terroristas11_marzo

Sea como fuere, en aquel caso contrastar la información no fue demasiado difícil: con entrar en la Web del Ministerio del Interior y comparar el contenido de los terroristas más buscados con las fotografías que me enviaron fue suficiente para comprobar que unos y otros no coincidían (en la Web había rusos, sudamericanos y árabes, además de algunos de los etarras del mensaje con fotografías más actualizadas); algún día llamaré al teléfono o enviaré un mensaje al Club Náutico de Valencia (aun conservo el mensaje), por si el tal Enrique que inició la cadena que me llegó a mí tiene algún detalle más de su origen (el texto del mensaje decía “Me mandan esto: El Ministerio del Interior ha difundido las fotos de miembros activistas de ETA, que muy posiblemente sean los ejecutores de la matanza de esta mañana. Por favor, máxima difusión”, y el título era “Urgente: Fotos de los terroristas del 11 de marzo”).

Pero volvamos a Capio Sanidad. Este caso en concreto me ha chocado porque tiene todas las características de uno de esos bulos que se extiende rápidamente a través de Internet mediante cadenas de mensajes, gracias sobre todo a la escasa simpatía que se les tiene a los personajes a los que se implica; era un tanto escéptico respecto a la veracidad de la información cuando recibí el correo (no logré comprobar ninguna de las relaciones citadas, por lo que no continué la cadena) y hoy he podido comprobar que, efectivamente, el escepticismo estaba justificado.

Pasemos a la exposición de los datos sobre Capio Sanidad y sus relaciones con Rodrigo Rato, con Ignacio López del Hierro (marido de María Dolores de Cospedal, Presidenta de Castilla La Mancha) y con Teresa Echániz Salgado (hermana del Consejero de Sanidad de Castilla La Mancha, José Ignacio Echániz Salgado).

Lo primero que descubrimos es que Capio Sanidad salió en prensa en 2008 cuando varios proveedores se negaron a seguir sirviendo al hospital privado de Valdemoro porque la propietaria del mismo (Capio Sanidad) no les pagaba las facturas; además, incumplió los precontratos firmados con sus trabajadores (les rebajó unilateralmente el sueldo más de un 10% al firmar el contrato) y tuvo que afrontar la salida en bloque de todo el equipo de medicina externa ante el incumplimiento de múltiples promesas a los propios facultativos. A todos estos enemigos de dentro del propio sector cabe añadir que ese hospital privado fue el abanderado de la política sanitaria de gestión privada de Esperanza Aguirre, por lo que los enemigos se amplían también a lo político.

Empiezan a ser demasiados los enemigos como para tomar como cierta cualquier información anónima que aparezca por la red, así que el escepticismo sobre la veracidad de esas supuestas relaciones empresariales empieza a ser claramente predominante.

Un mes después de la anterior aparición en prensa vuelve Capio Sanidad a los periódicos: Esperanza Aguirre adjudicó sin publicidad la atención hospitalaria de la Fundación Jiménez Díaz a Capio Sanidad (hasta entonces  con 200.000 personas en su zona de influencia, que debían ampliarse a 400.000 según un acuerdo que aun no había entrado en vigor en aquella fecha), además de otorgarle la gestión de dos grandes ambulatorios de Madrid y la realización de pruebas diagnósticas que hasta entonces se realizaban con recursos públicos. En esta ocasión nos dan una pista sobre los accionistas de Capio Sanidad: se menciona a un único accionista, se llama Apax Partners y se trata de un fondo de capital riesgo norteamericano; se complica sobremanera la forma de relacionar de forma directa a Rodrigo Rato con Capio Capital, aunque sí podría existir una relación indirecta. Habrá que seguir investigando.

En Diciembre de 2008 hay otra aparición en prensa de Capio Sanidad (en la que se notifica que se ha hecho efectivo uno de los traspasos de gestión que había pendientes); aquí vuelven a citarse a los accionistas de esta empresa sanitaria, pero ahora se afirma que es una multinacional sueca (Citicorp Venture Capital Partners) y que Apax Partners es sólo uno de los varios fondos de inversión propietarios de Capio. Por si quedaba enrevesada la cosa con un fondo de inversión, ahora resulta que son varios. Lo de Rodrigo Rato como accionista se aleja cada vez más de ser una relación en la que el defenestrado Presidente de Bankia pueda tener algún tipo de poder de decisión o que incluso pueda verse sustancialmente recompensado económicamente a través de los dividendos repartidos por Capio Sanidad.

La mejor opción para averiguar los entresijos accionariales de cualquier sociedad cuando la información pública y gratuita no ofrece los datos que esperamos es recurrir al Registro Mercantil, pero ni la cuestión me reconcome tanto la curiosidad como para pagar por saber un poco más, ni me parece muy adecuado para mi bolsillo iniciar una búsqueda en fondos de inversión hasta encontrar alguna relación, por remota que sea, con el Sr. Rodrigo Rato, así que aparcamos de momento la búsqueda accionarial esperando que nos topemos con ella al buscar las otras supuestas relaciones de Capio Sanidad con el PP castellano-manchego.

La decepción de esta primera relación fallida debe llevarnos hacia fuentes de información más directa, así que vayamos a consultar la Web de la propia empresa en busca de algo relativo a las supuestas relaciones directivas de Ignacio López del Hierro y de Teresa Echániz Salgado con Capio Sanidad; en su apartado de Equipos Directivos no encontramos a ninguno de los dos al frente de ninguno de los departamentos de ninguno de los hospitales gestionados por esta empresa, pero en el apartado de Investigación nos remite a la Fundación Jiménez Díaz, una institución que ya conocemos por el traspaso (sin publicidad) de la atención sanitaria que ofrecía ésta a Capio Sanidad; estas operaciones con fundaciones (a quienes se le asignan algunos servicios, que después son traspasados a sus patrocinadores –Capio lo es de esta fundación–) siempre levantan sospechas, aunque finalmente se trate de actuaciones totalmente legales. Pero no es este el cometido de esta entrada, así que lo dejaremos estar (al menos de momento).

Vayamos, pues, a la Web de esa fundación que, al parecer, ofrece los servicios de investigación a su patrocinador; encontraremos aquí también un apartado dedicado a su Estructura de Dirección, pero tampoco allí aparecen ninguno de esos dos nombres. Sin embargo, sí aparece el cargo que se le asigna a Teresa Echániz Salgado (el de Subsecretaria de Investigación), pero la titular es otra: Carmen Ayuso García. Esta directiva de la fundación nos permite consultar su historial, que nos ofrecerá la primera rotunda decepción a esa supuesta relación de Teresa Echániz Salgado con Capio Sanidad: Carmen Ayuso ejerce ese cargo directivo desde octubre de 2004. Mal andamos con la credibilidad de esas supuestas relaciones que nos muestra la imagen si podemos comprobar por nosotros mismos que el cargo coincide, pero la persona no; de todas formas, si indagamos un poco más en el organigrama de la fundación sí comprobaremos que el nombre de Teresa Echániz figura entre las personas contratadas por la misma, aunque con un cargo inferior que no tiene nada que ver con la subdirección que se le asigna en la imagen (es vocal invitada para Gestión de Proyectos y OTRI dentro de la Comisión de Investigación de la fundación), si bien, por el contrario, sí la podemos encontrar ejerciendo de Secretaria de la Junta Directiva. Por desgracia, a Ignacio López del Hierro no lo encontramos por ninguna parte, por lo que no parece que el origen de la información sea la propia la empresa.

Estos errores de bulto son demasiado típicos en opiniones o artículos de prensa que utilizan fuentes que han oído algo al respecto, pero cuyo receptor de la información no puede o no quiere confirmar los datos que se le ofrecen; y, por qué no decirlo también, cuando el receptor de la información no quiere confirmar esos datos suele haber más un interés por el descrédito de las personas citadas por las fuentes que un interés por transmitir una noticia a los lectores.

Y, efectivamente, buscando en fuentes de información alternativas, encontramos dos artículos (uno en Crónica Popular, firmado por un tal Marcel Félix de Andrés, y el otro en ATTAC Castilla La Mancha, firmado por José Andrés Guijarro Ponce) en los que aparecen esos tres nombres y esas tres relaciones, por lo que ya podemos afirmar sin temor a equivocarnos que hemos encontrado la información con la que se han creado las imágenes que van rondando por correos electrónicos y redes sociales. Dentro del primero de los dos artículos encontramos el párrafo del delito:

«Entre los distintos nombres que aparecen vinculados a Capio Sanidad, como accionistas o directivos, destaca el de Rodrigo Rato, actual presidente de BANKIA, ex vicepresidente y ministro de economía con José María Aznar y máximo responsable del FMI, incapaz de ver llegar la grave crisis que nos ahoga. Ignacio López del Hierro, perejil de todas las salsas, esposo de la presidenta castellanomanchega y muy aficionado a los lucrativos consejos de administración, reparte sus inversiones en multitud de empresas y, según fuentes consultadas, alguna de  las cuales también gestiona hospitales. Para rizar el rizo, el Consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, es hermano de Teresa Echániz Salgado, subdirectora de investigación de Capio Sanidad».

Ahí están los tres nombres en un mismo párrafo; en el segundo de los artículos (el de ATTAC) no se indica el cargo de Teresa Echániz, por lo que es algún lector de este artículo quien creó las imágenes. Sin embargo, este texto también nos indica que el autor de las imágenes interpretó el texto de una forma, por decirlo suavemente, bastante peculiar: es conocido que Ignacio López del Hierro, el marido de María Dolores de Cospedal, invierte en muchas empresas, e incluso (según algunas fuentes del periodista que firma la noticia) tiene inversiones en alguna empresa que gestiona hospitales. De ahí a asignarle el cargo de gestor de los hospitales de Capio Sanidad hay varios pasos que nos hemos saltado: lo primero, confirmar que, efectivamente, ha invertido en alguna empresa que gestiona algún hospital; lo segundo, confirmar que esa empresa gestora de hospitales opera en alguna ciudad en la que opera Capio Sanidad; y tercero, confirmar que Capio Sanidad le ha nombrado gestor o algún cargo similar (algo que ya hemos comprobado que no es así).

Ya tenemos los datos de dos de los tres nombres: una de las relaciones es cierta con matices y la otra es una interpretación argumentalmente insostenible de una frase que no dice lo que las imágenes virales dicen.

Nos quedaba por encontrar la relación del tercer nombre, y ésta la he encontrado hoy mediante un enlace que me han facilitado al comentar la posibilidad de que una de esas imágenes, que estaban rondando por Facebook, fuese un completo bulo. Se trata de una carta publicada en La Mancha Obrera en enero de este mismo año, así que parece que este es el origen de los otros dos artículos (publicados ambos en abril, primero el de ATTAC y dos días después el de Crónica Popular); encontramos también aquí otro párrafo del delito:

«El grupo empresarial Capio-Sanidad está participado por el grupo de inversores de capital-riesgo CVC Partnerts (Citicorp Venture Capital), en la que tienen un brazo la mayoría de las grandes compañías farmacéuticas a través de CVC-Capio (afirmado a través de FristWord Pharma en septiembre de 2009 como una buena oportunidad de negocio abierta). El capital lo aporta Bankia (Rodrigo Rato, todavía vigente y que suena como ministrable, y Manuel Lamela, exconsejero de Sanidad de Madrid, exgestor de la sanidad pública madrileña y actual empresario privado del mismo sector, formando parte del Consejo Directivo de Bankia y del grupo Capio) y la CAM, recientemente intervenida y “lo peor de lo peor de las Cajas de Ahorro”, según afirmaciones del Banco de España».

Cuando en ese párrafo se afirma que el capital lo aporta Bankia (asignándole el capital a Rodrigo Rato), no se trata del capital correspondiente a las acciones (las acciones las tiene CVC Partners, como afirma esa carta justo en la frase inmediatamente anterior), sino de la entidad financiera que, junto a la CAM, financian los proyectos de Capio Sanidad; es evidente que ser acreedor de una empresa no es lo mismo que ser accionista, por lo que el primero de los dos autores de los artículos de abril que leyó esta carta (posiblemente José Andrés Guijarro Ponce) realizó otra interpretación igual o más peculiar que la del autor de las imágenes virales que nos han llegado a través de Facebook y del correo electrónico.

No hay, por lo tanto, relación directa entre Rodrigo Rato o María Dolores de Cospedal con Capio Sanidad; sí la hay, no obstante, con el Consejero de Sanidad de Castilla La Mancha, que tiene a su hermana en la Junta Directiva de la Fundación Jiménez Díaz (cuyo promotor es Capio Sanidad); claro, que implicar a un tal José Ignacio Echániz Salgado no hubiese tenido tanto éxito como implicar a los peces gordos de la política española.

Caso resuelto.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Fabra: ¿Dónde están las ayudas de la UE a la agricultura valenciana?


El jueves, la Unió de Llauradors se encerró en un despacho de la Conselleria de Agricultura que dirige Maritina Hernández Miñana; la titular de la Conselleria que gestiona las ayudas del único sector castellonense y valenciano con cierta relevancia que ha conseguido incrementar el nivel exportador durante estos años de crisis, no parece haberse dado por aludida (ni tan siquiera mereció una mísera nota de prensa). Tampoco nuestra televisión pública, Canal 9, se dio por enterada. El diario Levante-EMV fue el único que lo llevó a su portada; la edición local de El Mundo también se hizo eco, pero como noticia secundaria. El País ni se enteró.




La agricultura y los agricultores hace mucho tiempo que no pintan nada; no fabrican alta tecnología, no tienen la exclusividad en la venta de medicamentos, no hay grandes magnates internacionales interesados en multimillonarias inversiones, su materia prima sólo ha sido socialmente útil para crear PAIs, urbanizaciones y proyectos faraónicos, sus productos pueden ser adquiridos mucho más baratos en el sur, en el este y en el oeste... La agricultura y los agricultores, hoy, son prescindibles; sirven para comentar la gran calidad de las hortalizas o de las frutas españolas de antaño, e incluso los hay que, bajo el genérico manto de lo ecológico, han aprovechado para vender productos pésimos a precios de oro (por si alguien pensaba que las burbujas no pueden existir en los sectores deprimidos).

El Fondo Europeo Agrícola de Garantía es la única institución pública que aun se acuerda de la existencia de la agricultura y de los agricultores; pero eso será sólo hasta el año que viene, cuando la PAC (Política Agrícola Común) dejará de estar en vigor en España tal y como la hemos conocido hasta ahora. España dejará de ser perceptora neta de ayudas europeas al perder los 7.500 millones de euros anuales que provienen de la PAC que finaliza el próximo año; de esos 7.500 millones de ayudas, entre 180 y 250 millones llegan anualmente a la Comunidad Valenciana, y de estos, el 53% se lo llevan las grandes empresas agroalimentarias (algunas de la propia Generalitat Valenciana, e incluso empresas ajenas al sector, tal y como denunció La Unió de Llauradors en mayo).

El incremento de los costes de producción (abonos, maquinaria, servicios externos...), coincidente en el tiempo con el desplome de los precios que se le pagan al agricultor (que debe adecuar sus precios a los de las importaciones, con una capacidad de negociación de sus precios nula, entre otras causas por el fracaso de las cooperativas agrícolas y por el oligopolio de las grandes distribuidoras), está llevando desde hace décadas al sector al abandono masivo de pequeñas y medianas explotaciones; es una crisis que algunos agricultores han conseguido aguantar gracias a la PAC, cuyas ayudas (aunque cada vez menos, y a partir de 2014 nada) también incluyen como parámetros de concesión esa función tradicional de los agricultores y de las tierras cultivadas de la que sólo nos acordamos cada verano cuando las llamas devoran cada vez más y más hectáreas de bosques y de lo que hasta hace muy poco aun no lo eran.

Pero si la desaparición de la PAC puede suponer un desastre para la agricultura y para los pequeños y medianos agricultores valencianos, que las ayudas agrícolas de la PAC que el gobierno de Alberto Fabra ha recibido de la Unión Europea desde 2010 se hayan utilizado para cubrir las deudas con Ecclestone, con Calatrava o con la constructora del aeropuerto fantasma de Castellón ya está suponiendo un auténtico rosario para miles de agricultores valencianos (25.000 según La Unió).

Pero Maritina Hernández y Alberto Fabra no parecen tener la más mínima vergüenza cuando el dinero que se han gastado tenía que ser destinado a un sector que no pinta nada; lo único a lo que puede aspirar un agricultor es a que en la Conselleria de Agricultura le afirmen que tardará poco en recibir sus ayudas de 2010 ó de 2011. De eso (en mi caso) hace ya nueve meses; los otros 24.999 es de suponer, vista la denuncia de La Unió de Llauradors, que habrán recibido la misma buena nueva.

Si preguntar en la Conselleria no sirve y encerrarse en sus dependencias tampoco, habrá que saltarse a ese departamento y preguntarle directamente a nuestro Molt Honorable President: Sr. Alberto Fabra, ¿dónde ha metido usted el dinero que le envió la Unión Europea para pagarnos a los agricultores?